"Me rodearon como abejas; se enardecieron como fue de espinos; Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré."

Salmo 118:12 (Rv60)

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Si Él Te Llama, Di "SI"


"La respuesta fue NO. Yo tenía 16 años y no quería ser misionera. Yo quería hacer mi propia voluntad. Esto me llevó a otro "no". No paso mucho tiempo antes de que me encontrara muy lejos de Dios. Empecé a tomar decisiones que eran de mi agrado. Fue divertido por un tiempo, pero no duró mucho. Mi reputación estaba arruinada y había perdido a muchos de mis amigos de la iglesia. Mi corazón estaba vacío. Estaba perdida y ni siquiera sabía cómo admitir que necesitaba que Cristo me salvara.

Sucedió un domingo por la mañana, cuando mi mejor amiga se detuvo y me dijo: "Claudia, no puedo estar de acuerdo con todo lo que estás haciendo, pero quiero que sepas que todavía te amo".

Ese toque de amor fue el punto de retorno, porque yo había decidido no ir a la Universidad. Pronto me encontré como estudiante de lo que ahora es la Universidad del Nazareno de Punta Loma, siguiendo a una amiga que no se había dado por vencida conmigo.

Fue al final del avivamiento de otoño que me deslicé al cuarto de oración. Cerré la puerta, me puse de rodillas y comencé a orar. Oré casi toda la noche. Cuando salí en la madrugada, ¡era una nueva criatura en Cristo! ¡Ese fue el inicio del gozo verdadero! El Espíritu Santo me santificó unos meses después, y Él, por su gracia, me hizo otra vez el llamado que me había hecho dos años antes.

Ahora miro hacia atrás los 32 años de servicio misionero. Han sido emocionantes y han llenado mi espíritu. Continuamente encuentro una paz interior mayor al hacer la voluntad del Padre. ¿Escogería regresar a una vida haciendo mi propia voluntad y una vida pecaminosa? ¡No! ¡Nunca!

Casi cometí una elección muy equivocada en mi vida. Me habría llevado muy lejos de donde estoy hoy. Considero un gran privilegio servir a Cristo como misionera. Si Él te llama, di "Si" ¡Nunca te arrepentirás!"

Claudia Stevenson, Misionera en Nigeria.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Comienzos


Han pasado ya 26 años de mi nacimiento, he pasado momentos difíciles como buenos, de alegría y tristeza,  pero cada uno de ellos lograron su cometido.

Hoy al despertar reflexione sobre cada evento de mi vida y quería compartir con ustedes que en ocasiones las cosas que vivimos no tienen sentido cuando suceden, pero hoy entiendo porque pasaron. En primer lugar durante mucho tiempo no entendía porque mi padre se había ido de la casa, nos abandonó era mi pensar, somos su familia acaso su amor era falso o acaso solo fingía ser un padre. Muchos cuestionamientos para un joven de 14 años que durante 6 años acumularon en mi corazón, tristeza, dolor y odio.

Más tarde aprendí que las malas decisiones traen malas consecuencias, las atracciones juveniles fueron muy tentadoras, cediendo a muchas de ellas, las fiestas, el cigarro, al alcohol, la pornografía, el sexo, etc. tal vez muchos se identifican con algunas de ellas o saben a lo que me refiero. No es fácil salir de todo esto, así fue como un joven de 17 años durante 3 años mas acumulo en su corazón falsos conceptos de la felicidad y amor.

Llego un día muy especial en mi vida, recuerdo estar en el campamento juvenil 2006, en ese lugar entregue mi vida completa a Jesucristo, fue una noche especial me encontraba en la parte de atrás ya que era de eso jóvenes que buscan salir rápido de los cultos para divertirse, pero esa noche recuerdo como la predicación tocaba mi corazón diciendo que tenía un Padre que me amaba.

Comenzó mi caminar con Cristo no fue nada fácil dejar todo lo que traía en mi espalda era mucho peso, pero poco a poco fui saliendo del hoyo en el que me encontraba, pasaron nuevamente 4 años mas de luchas y esfuerzos por vivir una vida consagrada, en 2010 durante una semana de la juventud de mi iglesia tuve un encuentro personal con Cristo muy diferente al de 2006, Dios hablo completamente a mi vida y me dio un propósito a mi vida, el cual venia buscando ya hace mucho tiempo.   

Ahora tenía una meta que perseguír y mi mente estaba enfocaba en un solo propósito servir a Dios.